Los primeros datos de un estudio clínico piloto mostraron resultados alentadores en el uso de la nitazoxanida -un antiinfeccioso de amplio espectro- para el tratamiento de pacientes con covid-19 y síntomas leves a moderados.
En concreto, al ser comparada con el placebo, la nitazoxandia -utilizada hasta el momento como antiparasitario- se asoció a una reducción de la carga viral de al menos un 35% al séptimo día de tratamiento.
“La reducción de la carga viral tendría potencialmente dos importantes beneficios: por un lado, la enfermedad sería menos severa en el organismo del paciente infectado y, por el otro, el portador tendría menos chances de infectar a otros individuos”, sostuvo en una entrevista con La Prensa el doctor Marcelo Silva, médico hepatólogo, investigador principal del estudio, ex presidente de la Sociedad Argentina de Hepatología (SAHE) y actual presidente de la Asociación Latinoamericana para el Estudio de Enfermedades del Hígado (ALEH).
Este ensayo clínico -que se está llevando adelante en el Hospital Universitario Austral y la Clínica del Pilar de Ciudadela- es un estudio piloto, es decir que se trata de un trabajo con poca cantidad de pacientes (135) para evaluar la viabilidad y seguridad de una investigación a mayor escala. Silva y su equipo buscan evaluar la actividad antiviral de la nitazoxanida en pacientes tratados al inicio de la enfermedad. En caso de corroborar su actividad antiviral al cierre del estudio, se deberán iniciar ensayos con un número más elevado de pacientes, para terminar de confirmar el potencial impacto clínico favorable.
La droga ha sido estudiada ampliamente en seres humanos para otras afecciones y superó distintas pruebas preclínicas y clínicas para sus sucesivas aprobaciones por parte de las autoridades regulatorias de los países en los que está disponible. Se estima que más de 150 millones de personas a nivel mundial han utilizado esta medicación.
– ¿Por qué decide iniciar este estudio con nitazoxanida para el tratamiento de pacientes con casos de covid-19 leves a moderados?
– Básicamente hay una necesidad de trabajar sobre fármacos que ya han sido aprobados en el pasado para otras indicaciones y que, por su estructura química, podrían eventualmente tener actividad antiviral. Hay una biblioteca de todos esos fármacos. Y cuando uno se pone a analizar retrospectivamente la estructura química y su potencial actividad, se observa que algunos de ellos ya están en uso clínico hace mucho tiempo y falta la experiencia específicamente en este nicho de enfermedad.
– ¿Hasta el momento para qué era utilizado este fármaco?
– Para parasitosis en niños y también se ha utilizado para la influenza y para otra infección de virus respiratorios que generan neumonías severas, como el MERS. Además, se ha utilizado a nivel de investigación en las hepatitis virales.
– ¿Fue aprobado para el tratamiento del MERS?
– No, fueron líneas de investigación. Tiene algunas otras aprobaciones que no son las más comunes, pero no para estas infecciones virales importantes.
– ¿La nitazoxanida ha demostrado ya su seguridad desde su aprobación como antiparasitario?
– Se utiliza hace muchísimo tiempo, y es súper seguro, como una rutina en las parasitosis sin ningún tipo de inconveniente. Así que es bien tolerado.
– ¿Cuál sería el mecanismo por el que permite combatir el SARS-CoV-2 en casos leves a moderados?
– El mecanismo propuesto, no validado, es que de alguna manera optimiza la respuesta inmune innata a través de la vía del interferón. Esta es la hipótesis por la cual se la ha utilizado en las otras actividades antivirales, pero nosotros eso no lo hemos chequeado. El dato más firme sale de la investigación preclínica, donde sí se puede observar que en cultivos celulares la actividad antiviral tendría la misma potencia que el único fármaco antiviral aprobado a la fecha para el SARS-CoV-2, que es el remdesivir.
Entonces, nos encontramos con un fármaco que es un viejo conocido, que no es caro, tiene buena tolerancia y que los estudios in vitro indican que potencialmente tiene actividad antiviral igual o parecida a la del único fármaco aprobado. Esa es la razón por la cual uno dice que este es un fármaco que tiene poco riesgo para el paciente de ser evaluado, es económico y tiene una potencial aplicabilidad y eso es lo que fuimos a intentar demostrar.
– ¿Cuándo comenzaron el estudio?
– Entre mayo y julio del año pasado.
– ¿Cuántos pacientes incluyó el estudio?
– Fue un estudio piloto controlado contra placebo y el análisis interino es de 45 pacientes. El estudio está diseñado para un total de 135 pacientes. Como dato original, cabe mencionar que nosotros cuantificamos virus. No fuimos a ver la respuesta clínica porque con 130 pacientes no se va a poder mostrar una diferencia que sea estadísticamente significativa entre un grupo tratado y un grupo placebo, en una enfermedad por la cual al 80% de los pacientes no les pasa nada.
– ¿Es decir que ustedes midieron la carga viral?
– Correcto. Medimos la carga viral el día de inicio del tratamiento, al día 3, 7 y 14.
– ¿Por qué decidieron enfocar el estudio solo en casos leves y moderados?
– Así fue pensado el estudio porque uno interpreta que la utilidad clínica de este tipo de fármacos es cuando tomás la infección cuando recién empieza y que cuando ya tenés daño pulmonar severo, inclusive hay muchos pacientes que ya tienen una carga viral baja y que ese daño pulmonar severo tiene que ver con la respuesta inflamatoria o con la predisposición a formar trombos que hacen los pacientes. Por lo tanto, el virus ya no es el villano de la película, sino la respuesta del paciente. Lo que uno entiende es que cuanto antes se interrumpa el ciclo vital del virus, menos chances tiene el paciente de generar un evento grave y, al tener una menor vida media, menos chances tiene de infectar a otros.
– ¿Existen comparaciones de este fármaco con otros, como la ivermectina, para el tratamiento del covid-19?
– No, hasta donde yo sé, no. Tengo entendido, a partir de otras publicaciones que no son papers finales, que ha habido estudios de combinaciones de nitazoxanida e ivermectina.
– ¿Qué trascendencia tiene este tipo de estudios como el que lidera en el actual contexto de la pandemia?
– Las vacunas están pero van a llegar en cuentagotas, van a tardar mucho en inmunizar a un porcentaje importante de la población, acá y en la inmensa mayoría de los países, no es solamente un problema de la Argentina. Por lo tanto, es necesario seguir investigando con drogas que son conocidas, seguras y donde el primer objetivo sería tratar de verificar si tenés actividad antiviral en el paciente. Porque una cosa es tener actividad antiviral in vitro y otra cosa es tenerla en el paciente.
– ¿En qué porcentaje bajó la actividad viral la nitazoxanida?
– Si comparamos los resultados obtenidos en los pacientes tratados con nitazoxanida con los tratados con placebo, el 50% de los tratados con nitazoxanida obtuvo al séptimo día una reducción de la carga viral de, al menos el 35% respecto a la basal. Y en la rama placebo solo un 10% lo hizo. Por lo tanto, hay una diferencia. El dato es muy bueno, pero debemos ser prudentes ya que se trata de un estudio piloto, con pocos pacientes.
– ¿Qué rango etario tenían los pacientes que participaron del estudio?
– Incluimos pacientes de 18 a 80 años, pero la inmensa mayoría fueron de entre 30 y 50 años.
– ¿Cuáles son los posibles efectos adversos de la nitazoxandia?
– Dolor abdominal y diarreas son los más frecuentes. Lo hemos visto en el estudio. Al principio iniciamos con una dosis de 3 gramos por día, que es el doble de la dosis estándar, y tuvimos que enmendar el protocolo y bajar la dosis a 2 gramos por día. Así los pacientes lo toleraron muchísimo mejor.
– ¿Qué tipo de presentación del fármaco utilizaron?
– Los comprimidos: cápsulas de 500 mg.
– ¿De qué modo cree que incidirá el desarrollo de tratamientos efectivos en el futuro de esta pandemia?
– Son tratamientos complementarios. Cuando el acceso a la inmunización no es masivo y tenés un porcentaje de recirculación importante del virus en pacientes infectados que perpetúa la transmisión de la enfermedad, cuanto más corto es el período de esa infección, menos chance hay de que se transmita y cuanto más baja es la carga viral menos chances tendríamos que tener de que el paciente sufra una enfermedad grave. Por lo tanto, todo aquello que ayude a disminuir el ciclo vital del virus y a bajar su carga, ayudaría a minimizar tanto el impacto epidemiológico como clínico de la infección por el covid.
– ¿Vislumbran la posibilidad de estudiar este fármaco como método profiláctico?
– Ya lo están haciendo, hay un estudio en marcha al respecto en la Ciudad de Buenos Aires. Y, a nivel mundial, hay más de 20 estudios con la nitazoxanida para el tratamiento del covid-19.
Fuente: La Prensa
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